radiante

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tomada por: Angelica Ardila

lunes, 4 de agosto de 2014

En el charco

Hoy era un día normal a mi parecer, el sol estaba brillando y se dedicaba a acariciar mi piel mientras caminaba por calles estrechas del centro de la ciudad, escuchando música a todo volumen  con el fin de que se callaran todos esos pensamientos locos que a veces llenan las cabezas para hacernos perder la calma.

 Mientras me acercaba a mi lugar de destino, el cual no tiene relevancia y por tal motivo no lo mencionaré, me topé con un edificio a mi lado cuyos vidrios parecían espejos capaces de reflejar con gran nitidez la imagen y frente a mi estaba un gran charco de agua turbia y estancada por un largo período de tiempo que curiosamente no se había secado con los rayos de ese sol tan imponente, este no permitia ver un reflejo claro.

 Me pareció curioso como el medio distorsiona la imagen, como el material te hace ver distintas formas del mismo objeto; lo digo porque frente al vidrio podía observar como mi complejo narcisita y bastante milimétrico me hacía arreglarme de tal manera que todo hasta el cabello mas pequeño estuviera en su lugar, a la vez se podían ver las casas rústicas a mi espalda dandome la clave de en donde estaba (era un reflejo congruente a la realidad a simple vista, todo estaba donde debía estar), por otra parte cuando identifiqué lo poco que se podía ver de mi silueta en el charco entendí mi otra realidad (nada encajaba en lo que yo creía que debía encajar, nada era perfecto... y creo que eso lo hacia perfecto), encontré mi alma en el fondo de un charco... anda, que locura que acabo de decir! hasta se me había olvidado que escuchaba excelentes rolas porque allí.en ese momento me dí cuenta que aquellos pensamientos endemoniados y algo lunáticos ya se habían apoderado de mi, de por si sin darme cuenta se mimetizaron en cada molécula de mi cuerpo... tal vez porque siempre me pertenecieron. Me quedé un muy buen tiempo pensando en que cada persona es un charco de agua turbia y debe ser una maravilla ver como toda el agua se evapora y ver como todos aquellos sedimentos se empiezan a notar, haciendo que no se vea un reflejo... que no se vea nada, con solo entender que allí estuvo y lo que quedó me basta.

El reflejo, el tiempo, el aire...nada de eso importó, me conformé con entenderte, con entenderme y todo eso en el reflejo de un charco; ya no había reunión que me interesara, ni sol que me acariciara, solo estaba yo con pensamientos que me recordaron el motivo de vivir, de querer y existir en un mundo imperfecto.