radiante

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tomada por: Angelica Ardila

martes, 20 de noviembre de 2012

Historias y Mil Realidades

Se me fue toda la tarde escuchando historias, algunas de ellas me motivaban a salir adelante. Me enseñaban a perseverar en la lucha por mis sueños, instruían mi alma con el fin de seguir creciendo. Las historias no solo las escuchaba de la boca de las personas, podía sentir que pasaba con tan solo encontrar nuestras miradas; en ocasiones la alegría de haber cumplido un objetivo hacia que sus cejas se arquearan con asombro, sus ojos brillasen como joyas y sus pupilas estuviesen bien dilatadas; en otras ocasiones encontré la mas terrible tristeza, aquella que se guarda tras una sonrisa falsa. Las carcajadas inundaban su boca desbordándose del limite de aquello que se considera real, aún así sus ojos reflejaban la melancolía de haber perdido un ser o un momento querido y recordando  solo aquellos pensamientos de dulzura y anhelos que deberían haber desaparecido.

No necesitaba una sola palabra para entender tu historia, en este momento tan solo tu presencia perturbada por pensamientos oscuros creaban una atmósfera tan densa que ni podía respirar. Se notaba la amargura que respiraba por cada poro de tu piel y de lejos se veía qué el paso de los años nunca lo aceptaste con satisfacción  Sin conocer tu nombre conocía la historia de tu alma, no quería escuchar tu historia, no quería dar un consejo en medio de esta lluvia donde mi ropa estaba pegada a mi cuerpo por el agua y mi corazón estaba mojado y recogido por mis propios pensamientos que se convertían en lagrimas, aún así hablaste con ese tono melancólico  y a la vez lleno de ira que has contenido durante décadas y no eres capaz de olvidar.

De tus labios brotaron palabras de desesperanza, de odio, de suenos rotos y expresando heridas abiertas tan viejas y profundas como tus arrugas, tu voz era muy ronca, se notaba que fumas para matar el tiempo y asimismo matar esta vida que odias cada dia mas con el pasar de los años... Las lagrimas que alguna vez fluyeron por tus mejillas en tu juventud, las llevas dentro de tu garganta y son los adornos mas significativos que conservas el día de hoy... en tu vejez.

Empezaste hablando de la miseria en la que vives, olvidaste que no es necesario tener todo el oro del mundo para ser feliz.. recurres al pretexto de una infancia triste para decir que nunca nadie podría ser feliz... me hiciste imaginar tus mas negras historias donde tu eras el protagonista y el mundo te pisaba con botas militares y nunca tuviste ni la fuerza, ni el carácter necesario para salir adelante.

Y ahora yo me pregunto, mientras me ahogo en el humo de tus penas y el olor a cigarrillo impregnado en tu piel ¿ te ha servido guardar en el corazón por tantos años las miserias y lamentos? me has puesto sobre la mesa la lista de tus fracasos y motivos de tu amargura que cargas en esta... tu triste y miserable vejez, esta ruina de la que eres el mas grande artífice.

Me cansé de oírte, de ver tu mirada resentida, tu ceño ya fruncido automáticamente... Me aburrió tu autocompasión. Bendije el momento en el cual llegamos a mi paradero y abandoné tu auto... Pensé que estos minutos habían sido la eternidad misma de la cual no habría de huir; Me despedí de ti y de tu tristeza con un gesto amable sacando de mi alma las energías tan oscuras que a mi mente lograban llegar.

Me bajé de tu auto e ignore la lluvia resbalando por mi piel... eran mis pensamientos los que mojaban mi alma, los que inundaban mi ser. Mientras observaba como tu coche se alejaba y se perdía en medio de la lluvia reflexioné, ¿ es esto lo que quiero para mi vida? ¿ una lluvia infinita de melancolías  de sueños rotos y de posibilidades que por miedo jamás tomé? En este momento, en medio de la lluvia decidí tomar las riendas de mi vida, vivir sin miedos con el fin de tener una vejez tranquila. Descubrí que las historias por mas deprimentes y agobiadoras que parezcan, te ayudaran a saber que quieres o no hacer... Gracias señor del taxi, usted es lo que no quiero ser y si me permite iré por un baño caliente y una taza de té.